miércoles, 3 de noviembre de 2021

3 Andelko Branimir

 —Mi señor, me informan el trío de imbéciles que envío para traer al Mon seigneur que están en camino... Al parecer alguien hirió al príncipe...— 

El Mon seigneur, era un poco complicado explicar quién era él. Andelko, mirando a través de los enormes ventanales de la catedral donde solían encontrarlo siempre, frunció el seño. Llevaba las manos enfundadas en los bolsillos de su pesada capa de cuero rojo.


Sus súbditos sabían que estar cerca de él siempre había implicado un peligro inminente, de no ser por su control de carácter, habría asesinado a la mayor parte de su personal, pero éso no quitaba su frialdad a la hora de escoger un mal menor, sacrificando a uno que otro vampiro de sangre sucia.

Andelko Branimir, el patriarca del clan. No podemos decir que lleva poco al mando, de echo es tan conocedor del arte de gobernar como uno de los ancianos de la junta. 

Y éso lo volvía un peligro inminente, nadie comprendía cómo maquinaba su percepción del bien y el mal, el echo de nunca tener la certeza de las reacciones que Andelko convertían a sus sirvientes en un manojo de nervios la mayoría del tiempo.

—Lastimaron a mi príncipe.— Repitió Andelko, su voz grave hizo estremecer a su mano derecha, Sans Duo, un muchacho de cabello rubio con casi las mismas décadas de Andelko, era el hijo del capitán de guerra del imperio, era muy buen estratega, pero contrario a lo que la costumbre dictaba, Sans no era demasiado valiente, ni tenía la misma sed de sangre que el patriarca, su amigo de infancia y casi hermano.

—... Dijeron que pasaban la frontera en doce horas, me entregarán al Mon seigneur en la entrada de la ciudad al amanecer, me tomé la libertad de ordenar un caballo para tí también...— 

—¿Para qué querría yo un caballo Sans?— 


—Bueno... supuse que querrías conocer a tu futu...— 


—Deja de suponer por mí, tengo que recibir a mi padre, no puedo ocuparme de asuntos que puedes llevar tú perfectamente.— Andelko no se dignó ni a mirar a su mano derecha, él sin encambio clavaba sus mirada en las esculturas de los santos manchados en sangre y golpeados que adornaban los pasillos de la catedral.


—Opino que sería un detalle relajante para el mon seigneur, ah sido sometido a mucha presión mi señor.— Sans ya acostumbrado a la actitud del joven patriarca, giró la mirada en un discreto acto de soberbia y obviedad, los gestos solían de Sans en varias ocasiones eran pasados por alto gracias a la poca atención que Andelko prestaba a su persona, pero en ésta ocasión no fué así, Andelko indignado lo miró sobre su hombro y en un rápido movimiento lo abofeteo. 


—Pero que insolente te eh vuelto.— Sans permaneció cohibido y estático en su lugar, las manos le temblaban y su labio luchaba por dejar de temblar. —Me temo que ah sido mi culpa, te eh consentido demasiado.— 


Sans levantó la mirada en señal de ruego. —N-no mi señor, perdone por favor mi insolencia, ah sido todo mi culpa, no debe preocuparse porque se vuelva a repetir yo me puedo inculcar disciplina.— Si Andelko quería lo podría bajar de rango, podría ponerlo junto a los degolladores en la cocina a llenarse las manos de tripas humanas, o podría correrlo con los cazadores a un estilo de vida inmundo y vil, Sans no podría sobrevivir a éso.

Andelko, aún siendo un monstruo severo sin calidez en el corazón, apreciaba.... A su manera, a Sans, había Sido lo único más cercano a un amigo para él, y aunque Sans le temiera de sobremanera, sabía que su lealtad estaba con él, así sea por conveniencia. 

—Encaminate a las afueras, el trayecto es largo y no quiero que mi príncipe conozca tu insolencia de primera mano.— 


Sans bajó la mirada avergonzado, pero asintió obediente, Andelko le tomó la mejilla y besó suavemente sus labios en señal de despedida antes de dejar la catedral en silencio, dejando a Sans presionando los dedos contra sus palmas.

El era fuerte, su padre lo entrenó muy bien en su juventud, creció viendo a su gente morir y aún a pesar de soportar el asedio de la guerra y el pesar de las almas de sus hermanos caídos, soportar la ira de su amo jamás le sería posible, era más fuerte, rápido y letal, pero lo que más temía Sans era la facilidad con que Andelko podía tomar una vida aún siendo una inmortal como su especie.


Escupió la bilis de su boca, maldijo para sus adentros y en el mismo silencio que lo dejaron, el rubio vampiro se encaminó a las caballerizas.

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—Maldicion, si no llegamos ya, voy a vomitar.— Barrel hizo la quinta arcada en el viaje, la camioneta de los matones se había llenado de golosinas, bebidas y postres, a Shock le había comenzado a dar hambre y al ir manejando un dulce era lo más simple de comer con una mano.


—Barrel si sigues haciendo éso juro que te saco.— 


—No mames, pues manejas horrible ¿Cómo quieres que no me mareé?— 


—Shock tiene razón, es asqueroso.— 


Barrel viró los ojos molesta. Llevaban 15 horas de viaje desde que salieron de Francia y Du Sang llevaba cuatro consciente. De alguna manera no se incomodo, de echo se extraño al encontrarse recostado sobre el regazo de "Lock", él le acariciaba el cabello preocupado mientras masticaba un chocolate de avellana, Du Sang lo podía oler. 


—Despertaste, Shock baja la velocidad, puede que esté desorientado.— 


—Buenas tardes su majestad— Barrel y Shock le sonrieron a través del espejo retrovisor más... Relajados, ignorando completamente el eco de que hace unas horas lo habían secuestrado. 


—Una disculpa por la... Bala— Shock lo miró incómodo, Du Sang no sabía cómo reaccionar al respecto, cohibido se mantenía pasando la mirada por sus tres acompañantes. .


—¿A dónde me llevan?—

2 🦇Sang D'Agneau 🐼

 Du Sang, Bois y Caresse se detuvieron entre risas y bromas frente a la puerta principal, Caresse se encargó de poner cuidadosamente bloqueador de cobertura completa transparente, era un producto dirigido a la comunidad vampírica, adquirido en el mercado de las liebres. Sang acomodó el rostro para que mamá terminara de colocarlo, una vez terminada la tarea, Caresse le besó la frente, gesto que hizo que el pequeño sonriera mostrando los dientes, resultaba que su dentadura no funcionaba como las películas, dónde eran retractiles como si fueran tiburones, pero detalles como ése, Du Sang ya se había encargado de aclarar. 

—Te cuidado mucho cariño, no olvides llegar a casa al anochecer, hoy vendrán tus tíos desde Berlín.— 

—Lo sé mamá lo sé... Nos vemos— 

Caresse no pudo avanzar junto a su esposo hasta que vió que su pequeño desapareció al cruzar la calle. Estaban a principios de otoño, el sol salía únicamente al amanecer antes de volverse a esconder cuando caía el medio día por lo que no era necesario llevar sombrilla. Si tuviera que elegir, diría que era su época favorita del año.

Ambos se separaron entonces. Sus padres avanzaron con la calma y felicidad retratando su rostro en dirección a la panadería; y Du Sang se acomodó el bolso sobre el hombro, asistía a la misma institución desde que aprendió a leer la mente humana, y sus compañeros llevaban poco o más tiempo acompañándolo a lo largo de los años, los vampiros solían desarrollarse muy rápido, su ciclo de vida se pausaba una vez alcanzaran la madurez según su naturaleza, por ejemplo, un hombre vampiro promedio maduraba entre los 16 y 17 años al igual que una mujer, sin embargo, un doncel permanecía dormido incluso hasta los 18. 

—Joven D'Agneau, que sorpresa... Vuelve a llegar tarde— Lady Ilió, una mujer demasiado estricta e institutriz del ala éste de la institución dedicada a mujeres y donceles en las primeras cuatro horas del día. 


—Madame...— Du Sang no tuvo más que hacer una corta reverencia esperando a recibir el regañó diario, pero... Algo sucedió...

Una flecha atravesó a Lady Ilió por el cuello antes de que esta comenzara a reprender. Asustado Du Sang terminó en el suelo, hiperventilo cuando el cuerpo inherte de la institutriz cayó sobre sus pies.. 


—Aaaghhj agh ...— El doncel jadeó completamente paralizado. 


Solo bastaron unos segundos para que otra y otra flecha más llegaran y se clavaran sobre las puertas de madera de la institución, Du Sang reaccionó, pateó el cuerpo a sus pies sin vida y tastabillo hasta uno de los baños más cercanos, su frente estaba empapada y las manos le temblaban de miedo.

—¡Le dí, juro que le dí señor!— 


—Imbecil le diste a la maestra, ¿Ahora en dónde está?—


Dos voces masculinas aprecio gracias al eco del baño, y una tercera femenina interrumpió... 


.—Lo ví arrastrarse hacía acá...— Ay no... Los pasos se comenzaron a acercar. Desesperado Du Sang buscó dónde esconderse y con la mirada dirigiéndose para todas las direcciones, dió con la pequeña escotilla de ropa sucia en los vestidores del fondo, tan solo no debía hacer ruido. 


Concentrado y tan rápido como podía avanzó hasta la pequeña puerta, la levantó y de un salto entró para volver a cerrarla. 


—Mira lo que hiciste Shock, por tu culpa perdimos al doncel— Los pasos se detuvieron tan solo a unos pasos de Du Sang. Él estaba a punto de colapsar 👍🏻 


—¿Quieres callarte? Estoy intentando pensar qué haremos...—


—Barrel tiene razón, si el jefe se entera que lo perdimos nos va a freír junto al almuerzo.— Una voz masculina comenzó a levantar el tono. La mano del pequeño doncel detuvo sus sollozos lo más que le era posible, pero no podía, estaba aterrado, veía con lágrimas en los ojos cómo tiraban los casilleros del vestidor y abrían una a una las puertas del resto de ductos para la ropa sucia. 


—¿Qué demonios estás haciendo Lock?— 

—¿No es obvio? Hago tu trabajooo— Estaba a dos escotillas... 


—Vamos, tú por el lado izquierdo y yo los casilleros— el par Pretendió hacerle segunda a "Lock" pero qué importaba, ahora estaba a una escotilla, un gemido se le escapó, la mano la tenía empapada de lágrimas y sudor frío y sus pensamientos sólo estaban en su adorada madre horneado cinnamon rolls como todos los lunes.

Y su escotilla se abrió...

—¡Mierda lo tengo!— 

—¡No lo dejes ir!—


Du Sang Pretendió correr, saltar de la escotilla y escapara hacía la entrada y esconderse en su casa, entre sus cobijas pistache, pero no pudo... El sujeto lo tomó por el cuello y lo estaba presionando lo suficiente para marearlo. 


—tch tch tch— clickeaba con la lengua... —No sabes cuánto te hemos buscado... Mon seigneur...— ¡¿Qué?!

Estaba horrorizado, se retorció cómo pudo, pateó y rasguñó, consiguió hacer que le soltaran y cayó al piso de golpe, pero no tenía tiempo para sobarse, debía correr.


Jadeante se puso de pie y Pretendió correr... BANG 


—¡AAAAAHHHHGGGHH!— 


—¡Idiota no le dispares!— 


—¡Iba a correr ¿Qué querías que hiciera?!— La pareja, una mujer delgada y de ojeras y un chaparro regordete comenzaron a discutir cosas que a Du Sang no le importaban TENÍA UNA MALDITA BALA EN EL MUSLO 


Que importaba, con las manos  se impulsó hacía adelante, no le importaba lastimar sus uñas, estaba desesperado necesitaba escapar. 

—¿A dónde crees que vas cariño?— El tercer sujeto lo tomó por el cabello 


—Su-su ¡Suéltame!— 

—Yo creo que no, tú vendrás con nosotros— Su cabello fué tirado con mayor fuerza hasta ponerlo en pie. 

—¡Aaagh aaahhh qué ¿Qué quieren de mi?— Sus alaridos de dolor, sus lágrimas y gemidos, toda su miseria parecían... Complacer al sujeto... 


Du Sang tomaba con fuerza las manos que prensaban en el aire, necesitaba soltarse, estar de pie hacían que la bala lo lastimara más.

—Solo queremos que vengas con nosotros mi señor— 


—Tan solo no te resistas, no es la única bala que tengo— El regordete lo miró con malicia 


—¿Cómo verga que más balas? Pendejo no le debes disparar al Seigneur—


—¿Y qué si se vuelve a echar a correr?— 


—Aaarrgh ¡¿Quieren cerrar la maldita boca?! Vamos— El que lo sostenía parecía ser el líder del trío, era un sujeto delgado y alto con el cabello pelirrojo, y aunque los tres suponían la misma edad, éste lucía más cansado y molesto con la vida, que el resto.

—No no, por favor, se los ruego... Yo yo, les daré dinero, sueltenme por favor— 


—Pfff jajaja cariño, no nos interesa tu dinero...—


—Se los imploro, no levantaré cargos...— Su voz ya estaba ronca y ahogada en sollozos. 


—...Lo lamento pero no...— Momentáneamente, el pelirrojo miró a los ojos a Du Sang y como si lo quisiera ocultar, un rasquicio de pena... O quizá vergüenza asomó en su mirada y el doncel lo pudo apreciar perfectamente.


En un segundo, la mujer lo tenía atado por las muñecas e iba montado en los hombros del pelirrojo. No pudo continuar gritando por la cinta que el regordete le colocó en los labios, por lo que sus berridos solo hacían que su garganta se reventara.

¿Cómo no se había dado cuenta? Al salir del baño la escuela entra era un desastre, habían muerto en los pasillo y los que aún quedaban con vida  servían de patos para jugar al tiro al blanco de los vampiros que acompañaron al trío que lo llevaba. 


—Agh malditos sujetos, son un asco— El regordete se quejo cuando por accidente piso un charco de sangre. 


—No sé porqué el señor no nos quiso mandar dolor, digo, solo es un doncel, ¿Qué podría hacernos?— 


Du Sang quería seguir escuchando, pero estaba perdiendo demasiada sangre por la bala y comenzaba a sentirse adormilado, en su esfuerzo quiso pedir que de detuvieran... 


—... Lock... ¿El seigneur está bien?— 


—Oye sí, está pálido— 


Du Sang se comenzaba a concentrar en los gritos del resto de sus compañeros y los pasillos marcados con huellas de sangre. Los ojos se le cerraban lentamente. 


—¡Maldición Shock mira lo que ocasionas!—


Lock molesto no bajó al doncel y apresuró el paso hasta llegar a una camioneta negra sin placas de registro. Du Sang se esforzaba por mantenerse consciente y hubo un punto en que comenzaba a perder la intención de abrir los ojos, pero escuchó una voz aún en el interior de la escuela, una voz que siempre hizo que sus entrañas se removieran... 


—¡Du Sang!— 


Tomó fuerzas de no sabe dónde y con premura procuró regresar a la consciencia, y entre el pánico del trío que lo secuestraba y sus párpados pesados, lo pude ver, siendo detenido por el resto de sus amigos, preso de la desesperación y la ira. Lion D'Argent.

Lion un joven de poca gracia al caminar, torpe a la hora de hablar, pero una antorcha que adoraba calentar el corazón de Du Sang. El hijo del conde D'Argent había encantado el corazón de Sang D'Agneau mucho antes de que éste conociera el origen de su fina cuna. 


Du Sang quiso moverse para poder verlo por última vez, algo le decía muy dentro de su corazón que ésta sería la última vez que lo viera... Solo una última imagen de sus preciosas pestañas no importando que estuvieran empapadas de lágrimas de rabia. 


—¿Cómo puede desangrarse si es un vampiro?— 


—... Es... Él es diferente...— 


—¿No es un vampiro?— 


—No completamente, no lo sé, al jefe le molestó que hiciera tantas preguntas así que me callé...— 


—... Wey contexto, ¿Si no es un vampiro entonces para qué lo querrían?— 


—... No tengo ni idea, andando— 


La plática ajena dejó de importarle a Du Sang porque después de intentar abrir más los ojos, algo dentro de él se apagó y perdió el conocimiento. Para cuándo abriera los ojos estaría tan lejos de su adorado Lion que a sola idea le ardió, en medio de la obscuridad de sus párpados cerrados, una lágrima ahogó su párpado y resbaló por su mejilla, era una lágrima de despedida a Lion, a mamá y a papá... Nuevamente, a la vida que siempre conoció. 

Pero muy lejos de la inconsciencia de Du Sang un par de ojos cargándose en vergüenza no pudieron evitar percibir la gota que  le resbaló por el rostro al llevarlo en brazos hasta el auto... alguien estaba más afligido de lo que lucía y luchaba por tragar su desgracia para que ninguno del resto lo notara.

1 🦇Sang D'Agneau🐼

 Nosotros somos producto de los secretos que nuestros padres puedan guardar, y como las miradas, con solo una impresión es tan fácil adivinar los significados... A mi abuelo le encantaba hablar de ésto como si me estuviera recitando un credo, pero no estoy seguro de saber proyectarlo... Yo no podría ser el reflejo de mis padres, casi no viví con ellos~ a pesar de estar bajo el mismo techo~ 

Nací y crecí en ésta mansión, los nueve pies de altura por planta han sido todo lo que me han permitido conocer, bueno~ éso siempre bajo la tutela de mi estricto abuelo. Hasta que ése día pasó..

Mi abuelo siempre había significado rectitud y todo lo que estaba bien con el mundo... para mí siempre había significado lo bueno de todo en general de echo... Era un sujeto de mirada afilada y mejillas contraídas, el casi nunca sonreía para su sequito, adoraba guardar esas sonrisas para felicitarme. No puedo decir que era malo, siempre fue el mejor de todos en todo, era incluso más fuerte que papá, pero habían momentos, cuando mamá y papá venían de visita con toda su corte, en que él me encerraba en mi habitación y no me permitía salir hasta que se iban. Recuerdo odiar al abuelo en ese tiempo, no comprendía nada y solo quería contarle a papá cuantas palomas disecadas tenía coleccionadas en la repisa principal de mi habitación... Si tan solo hubiera tenido alguna idea.

La noche en que papá llegó anunciando a todo el personal en la mansión que me buscaran, me vistieran de gala y me llevaban ante su presencia, fué la misma noche que ví por ultima vez al abuelo... Ah... supongo que la idea de ver por primera vez a papá despues de 17 años de reclusorio me llamaban más la atención que pensar en donde podría estar el abuelo, ¿Cierto?


Las mucamas bajaban las cortinas de seda y pana negra que el abuelo reservaba para cosas importantes, la cocina estaba echa un revuelo y mis acompañantes buscaban entre mis repisas la caja donde guardaba mis pendientes, corbatines y accesorios para las camisas, todo la noche la tuve borrosa, me llevaron de la habitación al living, me presentaron a un montón de extraños y cuando pasaron de las 3 de la mañana, me prohibieron salir a tomar la luna como acostumbraba por obligarme a sentarme en el piso de la habitación rodeado de raros vestidos de blanco.



—Hijo, necesito que respires, puede que la ceremonia te asuste un poco...— Papá me tomó de las mejillas y besó mi frente antes de dejarme consternado y salir por la puerta principal junto al resto de invitados.



Al final terminé solo con 7 sujetos sin rostro (como les llamé desde que papá me los presentó), cantando en una lengua que no comprendía sosteniendo velas negras. La ceremonia pareció comenzar cuando todas las cortinas fueron abiertas y el más anciano de todos ellos habló tan fuerte que los pisos reflejaron el vibrar de su voz seca y cansada.


—Sang D'Agneau, heredero y único hijo de mi Lord, no nos vamos a presentar, siendo un doncel no necesitas conocernos.—



¿Qué? El anciano se me acercó lento y me entregó un pesado libro de pasta negra y gastada, sip, de seguro le pertenecía a él porque lucía igual de viejo... de menos dos siglos. 

Tuve que inclinarme un poco pero conseguí acomodarlo sobre mi regazo.



—Serás tomado del seno de tu madre... — Uy si de mi madre. —Y llevado al mundo para ser instruido en el arte de educar a tus hijos. Beberás de la sangre de Dios y yo como patriarca del clan te doy la bienvenida, confiamos en que serás digno de los títulos que tu padre te está cediendo Mi lord— 


Creo que olvidé mencionarlo... somos... ¿Vampiros?, recuerdo haber leído el termino en uno de los escritos humanos en la biblioteca del abuelo. Bebemos sangre, pero no somos malos, en algún punto de nuestra historia hubo un malentendido y nosotros terminamos tan perjudicados que tuvimos que caminar mimetizados entre los asentamientos humanos, alimentándonos de sangre animal... Hasta que el padre del abuelo tomó el mando del clan, de acuerdo a lo que mi nana me contaba eso sucedió hace más de mil años, mi clan se dividió, hubieron quienes estaban dispuestos a comenzar una guerra y quienes preferían exigir de manera pacifica, nosotros fuimos los segundos, después el bisabuelo murió y el abuelo tomó lo que quedaba del clan y nos separó, nos trajo a una ciudad Inglesa y nosotros permanecimos hasta la actualidad alimentándonos de mercados dedicados y fundados por nuestra raza. Ahora se supone que estamos en paz, pero les estaría mintiendo si aseguro algo, a los donceles nos restringen la información, y el abuelo siempre fué muy conservador con respecto a mi educación.

— ... Mon seigneur...— Repetí consternado, comprendía por qué no habían permitido a papá ser el siguiente patriarca... él solo tuvo un doncel... nadie que pudiera cargar al clan de vuelta, solo un debil y delicado doncel... 


Recuerdo haber visto cómo el anciano bebía de una copa negra con muy seguramente la sangre uno de sus sirvientes, con la intensión de aclararse la garganta antes de continuar.


—El día de hoy será llevado junto a su padre a Liverpool, ahí permanecerá hasta considerarse listo para ser dado en lazo al heredero del clan. La ceremonia continuará con su madre, nosotros nos encargaremos del traslado y debo recordarle permanecer en silencio, la etiqueta lo requiere, además... no es necesario que un doncel opine en ésta clase de decisiones.— Imbecil.


Cuando me dejaron solo en la habitación, unicamente recuerdo haber visto a uno de los hombres acercarse. Me tocó el hombro intentado llamar mi atención... y de un segundo a otro, todo se obscureció...


Si tan solo pudiera volver a abrir los ojos e intentar recordar algo más.... solo unos minutos, antes de ser golpeado y así poder ver el rostro del extraño... tan solo un segundo más....

Las uñas se presionaron contra mis palmas, y cuando me dí cuenta que la movilidad aún permanecía en mi cuerpo, me impulsé con toda mi fuerza, me incorporé y pegué un alarido desesperado, confundido y molesto, finalmente abrí los ojos...


—Mmmm ¡aaaaaaaghhh! .... —


—¡Cariño!— Y una vez ya conciente, me dí cuenta con estrés que nuevamente había tendi ése horrible sueño. Me encontré con una habitación que no conocía y al cabo de segundo me daba cuenta que era mía y solo estaba desorientado por ése estúpida pesadilla, mis colchas pistacho y el dulce aroma de jazmines me sirvieron para relajarme. Tan solo abracé mis piernas contra mi pecho intentando evitar un sollozo, ya no era un niño, pronto cumpliría 18, debo aprender a ser más fuerte... 


—¡Cariño, te escuché gritar desde el piso de abajo, ¿Todo en orden?— 


Mamá entro alarmada aún con el delantal de calabazas y murciélagos que adoraba para cocinar. 


—¿Otra vez la pesadilla?— Yo simplemente asentí. 


—Amor, estás por comenzar un nueva etapa de tu vida, casi eres un murcielaguito adulto, no me extraña que estés tan inquieto— Mamá con una sonrisa tierna en el rostro se acercó y me abrazo a pesar de yo continuar en posición fetal. Tenía razón, ningún vampiro en su sano juicio querría estar con un doncel que le tiene miedo a sus pesadillas... 


—Si mamá, lo lamento...— 


—Oh no lo lamentes mi amor, vamos, el desayuno está listo—


Y bueno, así llevaban siendo mis mañanas desde que comencé mi ciclo de madurez como doncel a los 16 años. Soñaba con una época muy muy atrás, dónde soy el protagonista en un clan que aún permaneció con las viejas costumbres. Cuando el clan funcionaba como colmena, con los donceles y mujeres siendo las parias y nodrizas. 

Después despertaba con gritos, sudando y jadeante. Completamente desorientado, como si fuera mi mismo cuerpo el que no perteneciera a ésta época ni a ésta habitación... Es horrible. 


Soy Du Sang, tengo 17 años y medio y estoy aún en desarrollo, puedo controlar la mitad de mis habilidades aunque muchas todavía no conozco... nosotros somos una pequeña familia de vampiros en una linda ciudad de mimetizados francesa. Mamá es panadera al igual que papá, ambos trabajan en el "Mercado de liebres" [uno de los sitio donde conseguimos alimentos adecuados a nosotros y dónde venden las mejores malteadas carmín que en mi vida haya probado~].


—Sang hijo, ¿Qué tal la noche?— Papá es un vampiro maduro que carga un montón de costales de harina sin soltar una gota de sudor, en sus mejores años perteneció a la guardia real del patriarca del clan... Pero eso ya no importa hoy, cuando se casó con mamá, aceptó llevar una vida más hogareña y tibia y nunca se quejo, quiero suponer que le gusta beber todas las mañanas café de avellanas y pan de centeno dulce con mermelada blood... 


—Boi's quita tu periódico, Sang debe desayunar ya para la escuela— Y mamá, ella era originaria de aquí, creció en una familia de vampiros con pocos recursos pero muy calida, gracias a ella eh aprendido el valor de saber hacer las cosas y yo se lo agradezco bastante. Cuando conoció a papá, vendía pan en la comuna del principado del patriarca, dice mamá que papá llegaba pidiendo pan todos los días con el pretexto de ser para el patriarca. La abuela me contó un día que "mañana en que se casaron Bois y Caresse supieron que su vida no estaba  con vampiros de grandes mansiones, su amor era tan puro que merecían lo mismo" y le dió una casa aquí, en Francia, muy cerca de la suya, por lo que los abuelos casi son mis vecinos...~


—Vamos cariño, ambos sabemos que nuestra pequeña sanguijuela odia la escuela~ Papá me sonrío cómplice, bueno, tenía razón, me reí divertido y me senté listo para almorzar. A pesar de la maña reputación que tenemos, en realidad somos como cualquier otra familia, nos amamos y sabemos ésta juntos sin tener que salir a "cazar" como salvajes. 


—Par de insolentes. ¡Apresurense porque ya vamos tarde!— 


—Si mamá/cariño— cantamos al unison.

🐼🐼🐼🦇🦇🦇🦇🐼🐼🐼🍷🍷🍷🍪🍪🍪🍡🥮🍧🍮

Lo derechos, dueños y autores a quienes correspondan de las imágenes adjuntadas, unicamente fueron utilizadas para cuestiones técnicas de apoyo y entretenimiento al lector.


3 Andelko Branimir

 —Mi señor, me informan el trío de imbéciles que envío para traer al Mon seigneur que están en camino... Al parecer alguien hirió al príncip...